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Usted no conduciría un vehículo sin colocarse el cinturón de seguridad. No andaría en bicicleta sin casco. No se iría a dormir a la noche sin cerrar las puertas con llave. Prácticas diarias como estas generan buenos hábitos que hacen nuestra vida más fácil y más segura. En lo que respecta a la detección de gases, las prácticas simples y seguras como estas tienen el mismo efecto. Los detectores de gases que se utilizan a diario requieren el mismo tipo de atención. Quizás no le parezca nada del otro mundo colocarse un cinturón de seguridad en un vehículo, pero ciertamente lo ayuda cuando lo necesita. Tal vez tampoco le parezca gran cosa hacerle una prueba funcional a un detector de gas, pero sin dudas ayuda a saber que la unidad funciona cuando más la necesita. 

¿Qué es una prueba funcional?

Las pruebas funcionales son la única forma de garantizar la funcionalidad adecuada de sensores y alarmas. La prueba funcional se define como el proceso por el cual los sensores de un detector de gas se exponen brevemente a una concentración conocida de gas que supera los puntos de ajuste de alarma. El propósito de las pruebas funcionales es verificar la funcionalidad de los sensores y las alarmas. Sin embargo, no controla la precisión. Es importante destacar que la precisión se garantiza mediante la calibración, que es un proceso totalmente diferente a la prueba funcional.

 

Piense en las pruebas funcionales de un detector de gas como si se tratara de usar una linterna. ¿Qué es lo primero que uno hace al tomar una linterna? Intentar encenderla para ver si funciona. Si no enciende, sabe que necesita una lámpara nueva, una batería nueva o una linterna nueva porque la que tiene entre sus manos no le sirve. Lo mismo pasa con los detectores de gases. Lo primero que debe hacer antes de usar el detector de gas es estar seguro de que funciona. Sin una prueba funcional, ¿cómo sabe que el detector de gas que tiene puede realizar las tareas que necesita que haga? Aplicar gas a los sensores en un detector es como comprobar que la linterna funcione. Si la prueba funcional falla, sabe que necesita resolver un problema o que se requiere más mantenimiento.

¿Por qué son importantes las pruebas funcionales?

Los detectores de gases están fabricados para resistir en condiciones severas. A menudo se caen, quedan expuestos a condiciones extremas de temperatura, humedad, polvo, barro y fango. Cualquiera de estas cuestiones afecta el rendimiento de un detector de gas. Los sensores se pueden mover de lugar si un monitor se cae. Los filtros se pueden obstruir con humedad o polvo. Una cantidad suficiente de barro o fango puede bloquear completamente un sensor e impedirle detectar gas. Por estos factores, los fabricantes recomiendan realizar pruebas funcionales a los detectores de gases antes de cada uso diario. Tal vez no lo note, pero todos estos factores que se presentan durante el uso diario pueden afectar el rendimiento de un detector de gas.

¿Cómo son las pruebas funcionales?

En el caso de los sensores de gases tóxicos o combustibles, el resultado típico en aire limpio es cero, ya sea que se trate de una lectura de partes por millón (PPM), porcentaje de límite inferior de explosividad (LEL) o porcentaje por volumen. Una de las principales excepciones es un sensor de oxígeno, que debería leer alrededor del 20,9  % de volumen en aire ambiental cuando está en funcionamiento. Entonces, realizarle una prueba funcional a un instrumento de cuatro gases estándar aumentará las lecturas de gases de los sensores de gases tóxicos y combustibles, a la vez que reducirá la lectura del sensor de oxígeno.

El problema es que los sensores de gases tóxicos y combustibles generalmente arrojarán una lectura de cero en un entorno de temperatura ambiente ya sea que funcionen o no. Por lo tanto, la única forma de saber si responden a un gas es (sí, adivinó) exponiéndolos a ese gas.

¿Cómo puedo hacerle una prueba funcional a mi instrumento?

Dada la amplia gama de aplicaciones de detectores de gases, los fabricantes deben pensar en muchas formas diferentes de realizar pruebas funcionales. La manera más sencilla y normalmente la más eficaz para realizar pruebas funcionales es usando estaciones de acoplamiento, que a menudo se conectan con software de gestión para la detección de gases basado en la web. Con este software, los usuarios pueden programar que se realicen pruebas funcionales todos los días. Si hay una falla, el software puede notificar al usuario o al gerente de seguridad dicha falla, de modo que sepan que se necesitan tomar más medidas. Las estaciones de acoplamiento toman gas mediante un cilindro conectado y luego aplican ese gas al detector que está acoplado. Las estaciones están diseñadas para simular una prueba funcional manual.

Las pruebas funcionales manuales se realizan simplemente con una botella de gas, un regulador, tuberías, un recipiente de calibración (si se usa un instrumento de difusión) y un detector de gas. Los usuarios pueden poner el instrumento en modo de prueba funcional y luego aplicar el gas. El detector de gas pasará por cada sensor individual o los tomará a todos juntos, según la configuración del instrumento. Una vez finalizada la prueba, el instrumento mostrará los resultados e indicará si se aprobó o no la prueba. Otra alternativa es que los usuarios realicen una prueba funcional manual: simplemente deben aplicar gas al instrumento mientras se encuentra en la pantalla de lectura de gas principal. Si cada sensor muestra lecturas en respuesta al gas y el detector genera una alarma, ese instrumento está bien para continuar.

¿Cuáles son los desafíos de las pruebas funcionales?

La necesidad de hacer pruebas funcionales puede generar algunos desafíos. La cantidad de instrumentos que tiene la empresa, las aplicaciones y las ubicaciones de los equipos, todo puede entrar en juego. Por eso, los cilindros de gas vienen en diversos tamaños. Es posible que los usuarios necesiten cilindros más grandes para conectarse a las estaciones de acoplamiento que se usan todos los días. También, cuando se desplazan, pueden necesitar cilindros más pequeños y más portátiles para hacer pruebas funcionales de instrumentos. Afortunadamente para los usuarios, existe una amplia gama de cilindros disponibles para adecuarse a la aplicación correcta. Los cilindros vienen en todo tipo de forma y tamaño y con mezclas de gases específicas para todos los tipos de sensores.

Otro desafío de las pruebas funcionales es la capacitación. A menudo a los gerentes de seguridad se les hace difícil encontrar tiempo para capacitar a los usuarios y los trabajadores con frecuencia no tienen tiempo de capacitarse entre ellos. Afortunadamente, las empresas de detección de gases ofrecen una amplia variedad de recursos de capacitación disponibles para los usuarios finales. Los instructores pueden ir a las ubicaciones de los clientes para brindar capacitación en el sitio y ofrecer un enfoque más práctico. Otra opción es que las empresas de detección de gases publiquen videos, información, artículos y muchos otros recursos destinados a que los usuarios finales cubran sus necesidades.

El punto decisivo

El punto decisivo es que las pruebas funcionales salvan vidas. Los usuarios nunca deben arriesgarse y usar un detector de gas sin haber verificado que funcione bien. Con el nivel adecuado de capacitación, comprensión y repetición, las pruebas funcionales de un detector de gas pueden incorporarse a la rutina, tal como usar un cinturón de seguridad al entrar en el automóvil. Es igual de importante, así que, ¿por qué no comenzar ahora?